Se trata de un sake Junmai elaborado con el método tradicional de Nara de Bodaimoto. El rico y complejo sabor del Umami deja grandes impresiones de sofisticado sake Junmai.
El bodaimoto es el más antiguo de estos métodos tradicionales, y sus raíces se remontan al periodo Muromachi (1400). Lo interesante, sin embargo, es que su proceso de producción tiene en realidad mucho más en común con el sokujo moderno (método de fermentación): en lugar de cultivar el ácido láctico durante la fase de moto (primera fermentación), se prepara antes una mezcla adicional de arroz crudo y agua. Con el tiempo, esta mezcla dará lugar a una fermentación láctica que, una vez completada, puede escurrirse y utilizarse para preparar un moto estándar.
Sobra decir que este estilo de elaboración bastante complejo también da lugar a un sake muy funky y lleno de matices, a menudo notable por su pronunciada acidez. Este sake no es una excepción, y tiene una maravillosa acidez jugosa y con cuerpo, a juego con su peso en boca. Este Takacho en particular, sin embargo, tiene otro as en la manga que seguramente polarizará las opiniones: ha sido envejecido durante más de 3 años sin pasteurizar. El nama (sake sin pasteurizar) envejecido no es nada nuevo ni especialmente exclusivo hoy en día, aunque sigue siendo un segmento muy nicho del mercado. Sin embargo, un sake tan complejo e intrigante como éste es sin duda un buen augurio para su potencial crecimiento futuro.
