La artemisia es la hierba principal y con la que históricamente se origina el vermut. Pero hay otra planta, también muy habitual en los vermuts, la genciana, que contiene la que probablemente sea la sustancia más amarga del mundo, la amarogentina, que utilizamos en la elaboración de este vermut. El vino base elaborado es un Macabeo con buena estructura, que le permite envejecer y que también se caracteriza por ser organolépticamente muy neutro, ya que no queremos que interfiera en la acción de los botánicos excepcionalmente amargos que hemos elegido. El vermut envejece durante nueve meses en barricas de madera de castaño seminuevas. Mezcla de aromas de hierbas silvestres secas y de sotobosque. Sutil toque mineral. Boca balsámica, refrescante y limpia. Equilibrio muy medido entre la sensación dulce y la amarga.
Una de las características principales de este vermut es la ausencia de caramelo, cosa que le proporciona su particular color dorado, recuperando la esencia de los antiguos vermuts caseros.