La Garnacha tintorera y Monastrell utilizadas para elaborar este vino proceden de viñedos de la zona de Almansa, ubicados entre 700 y 1.000 metros de altitud y plantados en suelos arenosos con una alta concentración caliza en su base. Tinto con muchísimo color, intenso y carnoso, pero a la vez con cierta frescura y complejidad.
La Atalaya es un vino tinto de la región de Almansa. Está elaborado por la bodega Atalaya, perteneciente al grupo Orowines de Jorge Ordoñez. Se elabora con dos tipos de uva: Garnacha Tintorera, uva autóctona de la zona; y Monastrell. Las uvas proceden de viñedos plantados entre 700 y 1.000 metros sobre el nivel del mar en suelos compuestos de arenas y caliza.
La esencia escarlata de la tierra. En el terreno fronterizo donde se deja atrás el Levante marítimo y se encara la horizontalidad de La Mancha, prosperan los racimos de Garnacha Tintorera y Monastrell. Como por encantamiento, ya que los viñedos viejos parecen querer estos suelos calizos de baja fertilidad, sufridores de escasas lluvias. Situados a más de 700 metros sobre el nivel del mar, producen frutos concentrados que regalan un reventón de tonalidades, sabores y fragancias.
Por sus pedregales resuenan antiguas batallas, y aún más viejas cacerías que quedaron grabadas en cuevas. Sus vides mantienen la fuerza de los siglos. Los nuevos métodos han logrado combinaciones con la frescura de la fruta y las flores, pero la complejidad de su mixtura.
Sobre el predominio de la Garnacha Tintorera y su pulpa violácea, se hace notar la melosidad y fuerza de la Monastrell en los vinos de la bodega que los combina en sus entrañas. En cuanto a la elaboración, el vino se somete a una maceración-fermentación en depósitos de acero inoxidable durante 20 días a temperaturas controladas de 25ºC. A continuación, el vino envejece en barricas de roble francés durante 12 meses.