A partir de 2018 empezaron a elaborar también vino blanco gracias a que Andreu de ca s’Hermità les permite vendimiar una viñas jóvenes de Giró Ros plantadas apenas un lustro atrás en esa misma encrucijada entre s’Alqueria, Mondragó y Portopetro. De allí surge Atòmica un monovarietal de largo recorrido al que este año han comenzado a acompañar primeras experiencias en la elaboración de espumosos Ancestral, Pétillant y PetNat. «No estamos ligados a nada, el nuestro es un vino en libertad», apunta Negre. La única norma inamovible es el uso de variedades autóctonas. Y si bien la primera cosecha se vinificó de manera ‘ortodoxa’, en las siguientes se ha abogado por la mínima intervención. «El camino natural», aseguran Toni y Miquel.
La de Atòmic es una experiencia nuclear. Como las dos familias que la componen. Las de Toni Negre (Santa Maria, 1978) y Miquel Rigo (s’Alqueria Blanca, 1980), junto a sus compañeras Aina y Carme. Los nombres de los cuatro forjan Atòmic. El acrónimo de Aina, Toni, Miquel y Carme. Una experiencia familiar de la que también participan los hijos de ambas parejas, pues suyos son los dibujos que adornan las etiquetas (cada año una nueva) de la cosecha 2017.