Estamos ante un tinto elegante y con potencial de guarda que destaca por las grandes valoraciones que le han otorgado sus añadas anteriores. Está elaborado al más puro estilo de la Ribera del Duero. Vino de gran cuerpo, de taninos finos y capas de regaliz bien integradas con recuerdos a fruta negra y notas propias de la larga crianza.
Si hay algo que caracteriza a Bodega Matarromera es su capacidad para elaborar vinos de guarda en la Ribera del Duero. ¿Por qué? Son muchas las razones, pero la clave, está en la materia prima, o lo que es lo mismo, en el viñedo o majuelo. ¿Qué hace Bodega Matarromera? Analizar, clasificar y mimar todas y cada una de sus parcelas en función de sus características agroclimáticas, mediante la realización del proyecto denominado San Bernardo.
La Bodega escogió este nombre en honor a los monjes del Monasterio de San Bernardo, ya que fueron ellos en el siglo XI los que trajeron de Borgoña el método de clasificación de viñedos para conocer en profundidad las características de cada parcela. El Valle del Duero es una zona de enorme riqueza natural y patrimonial en un enclave privilegiado de la Ribera del Duero. Para sus vinos de reserva, Bodega Matarromera escoge majuelos con las siguientes características:
Cepas de más de 25 años de edad y con medida vegetación, que dan lugar a racimos y granos de uva más pequeños. ¿Por qué? La concentración de color, polifenoles y otras bondades de la uva es mayor. En resumen, menos cantidad, pero mayor calidad. ¡Menos es más! Este tipo de cepas se dan, sobre todo, a mayor altitud.
Suelos calizos situados a más de 750 metros de altitud. Como venimos diciendo, una de las mayores influencias de un vino es la del suelo donde está plantada la viña. La caliza es un tipo de roca calcárea que permite un buen drenaje del agua y da vinos con cuerpo, aptos para la crianza.
